Dice Arturo Pérez Reverte que eres gilipollas

Oye, que dice Arturo Pérez Reverte que eres gilipollas. Además uno de los peores, de esos que no sabe que lo es y, muy al contrario, se cree listo como pocos. Y todo esto viene a cuento de que según parece hay muchos que no comprenden que “el rey se lo curra como un león de la Metro, y a sus años tiene mérito que se gane el jornal”. Y es que “con sus 76 tacos de almanaque, se ha calzado 40.000 kilómetros en los últimos dos meses, bastón en mano y sonrisa en boca, para arrimar el hombro, (…) y ha conseguido no pocos contratos, dejando las puertas abiertas a los empresarios españoles”. Vamos, que si no ves que el rey es un agente comercial de tres pares de narices es porque eres gilipollas. Y todo lo demás carece de importancia para el señor Pérez Reverte.

 

Que don Juan Carlos I haya sido un estupendo agente comercial es un tanto cuestionable por diferentes motivos:

 

Primero: Hay muchos países como Francia, Alemania o Italia que no han necesitado de un rey para que sus empresas tengan un papel importante en el ámbito internacional y consigan innumerables contratos. ¿Cómo lo han logrado? Imagino que el trabajo responsable y la presentación de ofertas serias tienen mucho que ver. En general, se escogen las mejores ofertas independientemente de si junto al empresario viaja un rey campechano o no. Por otra parte, pensar que los contratos que consiguen las empresas españolas se deben sólo a la intermediación del rey es tener muy poca confianza en nuestras compañías.

 

Segundo: Su ámbito de influencia se limita sobre todo a países regidos por monarcas con poderes no solamente representativos.  Es decir, se centra en países como Arabia Saudita cuyo monarca puede hacer y deshacer a su antojo por amistad hacia otro monarca sin tener en cuenta otros factores.

 

Tercero: Cabe suponer que si empresarios españoles consiguen contratos en otros países gracias a la amistad entre monarcas, a su vez empresarios de esos mismos países conseguirán contratos en España gracias a esa misma amistad y no a que presenten mejores ofertas. Es decir, los favores se pagan. ¿Adivinas de qué bolsillo sale el dinero si el estado español firma un contrato menos beneficioso con una empresa extranjera? Si es que Arturo Pérez Reverte tiene razón: somos gilipollas.

 

Lo que más me intriga de este papel del rey como agente comercial es si también tiene comisión en los negocios que se firman. Claro que también es posible que su fortuna se deba a su capacidad de ahorro. Vete tú a saber.

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Comentarios: 1
  • #1

    Tinejo (martes, 10 junio 2014 20:16)

    En este país determinadas empresas han conseguido contratos internacionales fabulosos porque les han inyectado músculo del bueno desde el franquismo, quedándose con todos los grandes y suculentos contratos públicos año tras año, década tras década.

    http://casaquerida.com/2014/06/10/diaz-abrumadorez/